
Cuando hablamos del Tren Maya, hablamos del proyecto ferroviario más ambicioso de México en las últimas décadas y que no solo conecta destinos turísticos icónicos, sino que igual impulsa mucho desarrollo tanto cultural como ecológico y económico al sureste del país.
El recorrido busca cambiar la manera en la que los viajeros tanto nacionales como internacionales exploran la región por más de mil 500 kilómetros que atraviesan estados diversos, como Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En este camino, se unen sitios arqueológicos, pueblos mágicos, reservas naturales y las playas más famosas del Caribe Mexicano.
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La idea del Tren Maya se anunció en el año 2018 con la finalidad de impulsar el desarrollo regional del sureste mexicano, zona históricamente rezagada comparada con el norte y el centro del país.
Este proyecto quiere conectar los centros turísticos principales del Caribe con las antiguas ciudades mayas y comunidades que conservan su cultura viva. Este tren en esencia se plantea como una fusión entre turismo, ecología y desarrollo social, integrando tecnología moderna con respeto a las raíces ancestrales.
Su construcción empezó en 2020 y se planea que su operación total sea para el año 2026, pero algunos tramos funcionan desde finales del 2023.
Tras su inicio, el proyecto causó tanto entusiasmo como debate porque representa una posibilidad de descentralizar el turismo de Cancún, pero igual cuenta con retos ambientales.
El Tren Maya no solo conecta destinos turísticos, sino que igual es un hilo que une la historia prehispánica y la modernidad, y entre sus paradas destacan lugares arqueológicos como Uxmal, Ek’ Balam, Chichén Itzá y Calakmul, todos declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Aparte, los viajeros pueden llegar de manera fácil a cenotes, reservas ecológicas y comunidades mayas que te dan experiencias auténticas como lo son talleres artesanales, cocina tradicional y hospedajes ecoamigables.
El Tren Maya es una experiencia de tecnología moderna, asientos reclinables, áreas de descanso y grandes ventanales, por lo que te permite apreciar los paisajes de la selva y la costa de toda esta parte del país.
Cuenta con tres tipos de servicio que son los siguientes:
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El recorrido del Tren Maya cubre siete tramos que pasan por los paisajes más emblemáticos del sureste mexicano y van desde las selvas de Chiapas hasta las playas turquesa del Caribe, y cada tramo te da una ventana única a la diversidad natural y cultural de México.
El viaje comienza en Palenque, Chiapas, que es una de las zonas arqueológicas más impactantes del mundo maya y es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, y desde ahí, el tren va a Tabasco y Campeche.
Este segmento cruza por el corazón de Campeche y cuenta con paisajes selváticos y pueblos coloniales. Los pasajeros pueden ir a sitios como Edzná, antigua ciudad maya con estructuras monumentales y así disfrutar de la gastronomía del lugar.
Cuando entras a Yucatán, el tren entra en un territorio lleno de historia y se ubican destinos como Mérida, la Ciudad Blanca, famosa por su arquitectura colonial y su vida cultural, e Izamal, conocida como la Ciudad Amarilla, donde hay templos mayas y conventos del siglo XVI.
Este tramo conecta los polos turísticos, cruza por Valladolid, pueblo mágico perfecto para visitar cenotes y explorar Chichén Itzá, una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo, y al final llega a Cancún, capital turística del Caribe mexicnao, y uno de los destinos más visitados del mundo.
Este es uno de los tramos más esperados, y uno los destinos más famosos del Caribe que son Playa del Carmen, Puerto Morelos y Tulum. El recorrido te da paisajes costeros, playas, arrecifes y parques naturales, aparte facilitará la movilidad turística y reduce el tráfico en la carretera federal 307.
El tramo va desde el sur de Quintana Roo y sus joyas naturales, y destacan Felipe Carrillo Puerto y la Laguna de los siete Colores en Bacalar, destino que es cada vez más popular debido al ecoturismo y su tranquilidad.
El recorrido final cierra el circuito de vuelta a Campeche y atraviesa zonas de selva densa y comunidades mayas tradicionales, aparte de pasar cerca de Calakmul, lugar arqueológico más grande de México en mitad de la Reserva de la Biósfera.
Este tren no es únicamente un medio de transporte, sino que es la experiencia cultural completa porque cada estación cuenta con el diseño completo que busca reflejar la identidad de su entorno con arquitectura inspirada en el arte maya y uso de materiales locales como piedra, madera y palma.
También te permite acceder fácilmente a 40 zonas arqueológicas y esto lo consagra en una de las rutas más completas de América Latina.